Paz.

jueves, 21 de agosto de 2008

Cierro los ojos y siento como si mi espalda callese sobre un suelo fértil y verde cubierto de hierba. Inspiro y me parece que huelo el rocío de la mañana recién nacida, en un cielo despejado y una brisa que acaricia mi rostro con la misma delicadeza que las manos de mi amado sintiendo mi rostro como parte de su propia piel.
Y miro al vacío.

¿Qué he conseguido? Me pregunto.

He conseguido vencer al dolor.

Abro mis párpados hacia ese cielo tranquilo y despejado, y sonrío: ahora soy feliz.

Muchos problemas, muchos llantos, muchas luchas, mucho esfuerzo... pero lo he conseguido, ahora tengo estabilidad, y me siento preparada para mi nueva vida.

Sé que todo saldrá bien.


Te dije, mundo, que no podrías conmigo.
Lo he conseguido.

Siento que, aunque no al 100%, controlo mi vida, y lo poco que falta para hacerlo totalmente es sólo cuestión de tiempo.


Hoy puedo decir que soy feliz.

Sé lo que soy, y lo que no soy...

miércoles, 16 de julio de 2008

Estúpido mundo de sabiondos.
Maldita tierra de sabelotodos.
Basura del saber que todos creen poseer como un tesoro.

¡JA!

No me toméis el pelo.
Pretendéis hacerme creer que soy una escoria.
Pretendéis hacerme creer que soy una mala persona.
Pretendéis hacerme creer que no valgo nada siendo como soy.

Pues, ¿sabéis qué os digo?

TODOS A LA PUTA MIERDA.

Que os den por el puto culo a todo el mundo.



Hay que tener cojones para aguantar tanta hipocresía, eh?
Ya hay que tener cojones para mantener las formas ante vosotros, malditos seres humanos que os ensañáis contra mí como si yo fuera el peor de los males de este planeta.


...


...

No tenéis NI IDEA.

No sabéis nada de mi.
Os creéis que lo sabéis todo.
Os creéis que nunca os podéis equivocar.
Y cuando se os demuestra en la cara que estáis equivocados, ¡Dios, matadla! ¡Es tan lista que ha burlado todas nuestras estratagemas para desenmascararla!


...

Repito: ¡JA!

Eso es lo mejor: que seguís equivocándoos.
Eso es lo que os gustaría a vosotros, eh?
Que no fueran más que tretas.
Pero no, estúpidos gusanos venenosos sin nada mejor que hacer que clavar vuestro veneno en quien se esfuerza por hacer las cosas bien y no dañar nunca a los demás. Clavar vuestro veneno, si pudierais, en vuestra propia alma.
Porque sois tan asquerosos que cuando conseguís vuestros objetivos seguís sintiendo asco, y ¿por qué? porque os dais asco vosotros mismos.
Porque en el fondo sabéis que no sois más que una peste que se extiende de unos a otros para no desaparecer, campando a sus anchas por un mundo tan desprotegido ante ella que hasta parece hecho a su merced.

¡PUAJ!

Es repugnante.

Absolutamente repugnante.

Siento deseos de escupir.


...

Pero en algunas cosas tenéis razón: soy despistada, algo tontaina y corta de mente (nunca cojo las insinuaciones y los chistes verdes), vaga, quejica, caprichosa y, a veces, egoísta.
Pero os equivocáis en la que probablemente es de las más importantes de todas:
Sé lo que soy.
Y también sé lo que no soy.

Y no soy una mentirosa.
No soy una mala persona.
Y no soy una interesada.
Tampoco deformo la realidad a mi antojo.
Jamás pienso únicamente en mí misma. Al contrario, pienso en el bienestar de todo el que me rodea antes que en mí (no me critiquéis por ello, porque debería ser más egoísta, pero si fuera como vosotros, me daría tanta vergüenza que me pegaría un tiro en la nuca).

No me juzguéis. Yo jamás, repito, JAMÁS, repito, JAMÁS pongo apelativos a nadie ni motes ni mucho menos juzgo a las personas.
Nunca, nunca, nunca.

Nunca hablo a espaldas de nadie.
Nunca soy injusta a propósito con nadie.
Y si soy injusta, tengo el honor de ser la persona más eficiente del mundo en reparar esa injusticia y dejarlo todo en buen estado.

Pero si no me creéis, es vuestro problema.
Si soy una mentirosa, es otra de vuestras falsedades que os hace tan felices creer.
Igual que si he conseguido lo poco que he conseguido en mi vida por, según vosotros, enchufe, suerte y pena, os digo que es por esfuerzo, por orgullo propio, por el puro sudor de mi frente y mi valía como persona. Porque no he tirado la puta toalla atrás ni una vez, porque cuando he tenido tentación de hacerlo alguien ha estado ahí recordándome que no debo, que yo no soy así, que eso es de gente débil y yo soy fuerte, y que gracias a mi constancia he conseguido lo que he conseguido.

Si vosotros os conformáis con menos, si le resulta más agradable a vuestras insulsas vidas el criticar y odiar las vidas ajenas, de las cuales sólo conocéis unas pocas versiones tan falsas como injuriosas, entonces, quedáos como estáis.

Pero yo no pienso seguíos el juego.
No os voy a responder como queréis, dejándome llevar por mis instintos más básicos y dándoos más razones para odiarme y enviarme al infierno del que, sin saberlo, vosotros sois los moradores de honor.

No, señor.
Ni siquiera pienso que esté rompiendo mi ideal de "nunca juzgo a nadie" al estar juzgando al mundo como una estúpida ciénaga podrida y llena de animales muertos como lo estoy haciendo con estas palabras.
Porque al fin y al cabo, esto sólo son palabras.
No podéis conmigo.

Si queréis guerra, la vais a tener.
Pero no os la daré con armas, como a vosotros os gusta, jajajajaja.
No.

Os voy a dar dolor.

Y os enseñaré quién es una mentirosa.
Os enseñaré quién es una estúpida.
Os enseñaré quién es una gilipollas.
Os enseñaré quién es una antipática.
Os enseñaré quién es una imbécil.


Os vais a arrepentir de todo, cabronazos.
Y no os estoy juzgando.
Sólo os ayudo a ver lo que sois: unos malditos cabronazos de mierda.

Os odio.

Ojalá muráis pronto, y dejéis a las vidas que sólo se esfuerzan en la armonía y en el bien vivir en paz y amarse entre ellas.
Dejad de torturar.



...

Sé que no soy perfecta, pero no merezco que se me trate así.
No sirve de nada que yo ponga de mi parte si soy la única en hacerlo.


Dejad de torturarme, porque nunca voy a decir por mucho daño que me hagáis que soy como vosotros pretendéis descubrir que soy para darle un sentido a vuestro placer torturador.

No hagáis que mis lágrimas de dolor para con vosotros se conviertan en lágrimas de odio.

...

Porque no me gusta odiar a nadie.
No me gusta como soy cuando odio.
Ni mucho menos que los demás vean como soy cuando odio.



Yo no dejo que mi luz se apague.
Dejad de torturarme.

Y no se os ocurra acercáos a quien no es de patético como vosotros.
Mucho cuidado con tocar a alguien de aprecio por mí.
Porque os arrepentiréis.
Ahí sí que os arrepentiréis.

Mierda... qué mal me siento por ser capaz de decir cosas así. Si me dejo llevar por vosotros, pronto me convertiré en una sabandija y yo también me daré asco.

Cuánto tiempo, y qué lejos...

domingo, 13 de julio de 2008

Ahmmm...

Hola =·_·=

Ahora mismo tú no estás aquí. No puedes leer esto.


Pero ya lo leerás.


......... es que me ha dado un pronto.

Bueno... ya sabes lo que te he dicho. Supongo que tú tienes razón, que son demasiados quebraderos de cabeza y que más que nada son cosas que me mantengan ocupada lo que necesito.

En fin, me siento bastante rara después de haberte dicho todo eso. No sé si realmente he hecho bien o hubiera haberme olvidado, como pensaba en un principio. Pero al final te lo he dicho.
Se me han olvidado cosas que luego he recordado, pero, caray, pues ya qué más da.

Me gustaría saber qué piensas tú de lo que pienso yo.
Me gustaría saber muchas cosas que no sé.
Dios, cuánto daría por poder entrar del todo en tu mente y ver lo que hay en ella...

No sé qué va a pasar a partir de ahora.
Lo más probable es que no pase nada.
Pero aún así, ¿se puede hablar de un antes y un después? ¿Tan importante ha sido?
Sí, para ti sí.

Espero no estar más lejos ahora que antes, ya que, como he dicho, no sé que piensas.
Espero que esa vida perfecta me tenga reservado algún huequecito.
Y espero (o más bien, deseo) que no hagas ningún tipo de gesto al leer esto.
Porque te lo he dicho, pero tú no me has contestado nada.

No es que esté diciendo una barbaridad.
Es que sé que a ti se te han abierto puertas y una mente muy inmensa.

No sé. No quiero que nada empeore. Sólo puedo aceptar una mejoría. Y eso ya es difícil, porque se está tan bien...



Vaya, no me sé expresar.
Me pregunto hasta qué punto entenderás lo que pone aquí.
Me pregunto cómo será de fuerte el abrazo que me des cuando volvamos a vernos.


Me gustaría poder ver en tus ojos que todo está bien.

...

Te echo mucho de menos. Me asusta lo que has vivido. Es demasiado maravilloso, demasiado perfecto... yo no me imagino ni viviendo ni haciendo nada así, porque me veo tan pequeña...

Yo también quiero ser grande.
Sueño con ser grande.
Si no tanto, por lo menos, un poquito más de lo que soy ahora.

Lo necesito.



...

Menos mal, pasado mañana volveré a verte. Tengo tantas ganas...


Te quiero.


¿Has visto? ¿No te trae recuerdos? jaja n_n me la encontré por ahí y me pareció bonita.

Después de tu marcha.

sábado, 5 de julio de 2008

¡¡Hola, abuelita!!

¡Cuantísimo tiempo llevaba queriendo escribirte!
¿Qué tal estás? Ojalá, ojalá, ojalá que estés muy bien. Después del viajecito que te has dado tan lejos más vale que te lo estés pasando pipa, porque si no, menuda gracia, que nos has dejado a todos más maltrechos que una patata podrida...

¿Has visto qué blog tan bonito tengo?
Se llama Luz, y en él escribo cartas, como esta tuya, en las que digo todo lo que siento.



Es increíble, tu falta se nota mucho.
Mi Comtessa ha ido muchas veces a tu casa, y durante muchos días, al principio de irte tú, siempre iba a buscarte por todas las habitaciones. Fíjate, hasta ella te hecha en falta. Se recorría la casa entera buscándote y cuando ya no te veía se quedaba acostada, como más tristona. Te quiso mucho ella también.

¿Sabes, abuelita, que al final me ha ido todo bien? Me he recuperado en los estudios, ¡aunque casi ni pude! e hice unos exámenes en Caravaca. Me salieron bastante bien, y ahora estoy esperando a que a mediados de mes me digan que puedo hacer la carrera que quiero, que yo sé que sí, que podré. Y estoy muy contenta.

Al final, con el chico de Mallorca, las cosas no se arreglaron. Un mes después de irte tú también se fue su abuela, y vino aquí al pueblo y hablé con él. Pensaba que las cosas se arreglarían, pero mintió, fingió una cosa y luego fue otra, y en menos de un día dio un cambio tan radical que dejó de hablarme y me ignoraba descaradamente.
Me puse muy triste.
Luego, se fue.

Ahora ha vuelto, y, ¿a que no sabes qué? Estoy saliendo con Javi. ¡Sí! Mi amigo el de aquí, que siempre íbamos juntos a todos lados. Nos han pasado muchas cosas juntos, y nos hemos dado cuenta de que somos tan felices estando siempre uno con el otro que ahora tenemos una relación, y nos gustaría que fuese así para toda la vida.
El problema es que, con el chico de Mallorca, las cosas no están bien. Se ha montado él solo una historia en la cabeza que no es de verdad, y ahora ellos no se quieren... es muy triste para mí eso, porque yo estoy implicada en mayor o menor grado, y me siento culpable de que se peleen. Ójala se arreglen las cosas de alguna manera.


Mamá ha adelgazado mucho. Todo el mundo ha oído tu historia y saben lo fuerte que fuiste hasta el final. ¿Sabes, abuelita? Estoy muy orgullosa de ti, de todo lo que aguantaste. Realmente eras alguien muy fuerte.
Ahora, tu casa está muy vacía. Ya no se te vé cuando entramos y vemos tu dormitorio, porque ya no estás en la cama haciendo fuerza por levantar la mano como antes, para saludar. Tampoco se oye la televisión de la sala, porque ya no estás allí nunca acostada viendo la tele, tapada con tu manta, peleándote con el abuelito porque él quiere ver los toros y el fútbol y tú quieres que la tele esté donde el nene y yo nos guste, que para eso tienes muchos canales que nosotros no tenemos en nuestro piso.
El abuelito, ¿a que no sabes lo que ha hecho? Todas tus plantas, tus rosales que ya no tenían rosas, tus macetas del patio... todo, todo ha vuelto ha vuelto a florecer. Antes siempre las cortaba, y tú decías "cuando yo me muera, todas mis plantas se van a morir, porque las va a matar a todas", pero si tú vieras, abuelita, qué bonito está todo... los rosales vuelven a echar rosas (¡hacía tantos años que no veía rosas! ¡desde que era pequeña!), las enredaderas se suben por las paredes, y todo está verde. Si lo vieras, abuelita, yo sé que te pondrías muy contenta.

Mamá ha estado muy, muy triste. Y sigue estándolo. Pero poco a poco está mejorando.
Algunas cosas de tu casa las estamos utilizando ella y yo: ella se pone algunas de tus camisetas (tú pensabas que tu ropa se iba a perder, eh? pues no, tu ropa, tan buena y de tanta calidad, está en muy buenas manos, y no desaparecerá), y ahora, como está tan delgada (ha perdido más de 10 kilogramos) pues le queda muy bien. ¡A ver si consigo que se compre algo y se vuelva un poquito más presumida, que todo el mundo le dice que está más joven! Y es que es verdad, está mucho más guapa. Yo, utilizo tus medias. Tenías mucho dinero metido en medias y pantys. Pues utilizo algunos, pero son de tanta calidad que me da un poco de miedo y sólo los llevo en ocasiones muy especiales, no quiero que se estropeen.

Por cierto, yo sé que tú no te acuerdas, pero me prometiste hace mucho, mucho tiempo que me regalarías unos pendientes tuyos que me gustaban mucho. Son de tipo antiguo, de plata vieja, pero son preciosos, y ahora me los he quedado yo... aunque es mamá quien los guarda. No se fía de que los pierda, y nunca puedo verlos. También me quiero quedar tu mantilla. La que tú querías que tuviera y yo también, pero que a mamá no le hacía ninguna gracia. Bueno, todavía no la tengo, lo cual me enfada muchísimo, pero me la terminará por dar. Yo lo sé.
Por cierto, te saqué una foto con la otra mantilla, en el velatorio. Y la tengo de recuerdo como última imagen tuya.
¿Sabes, abuelita, lo guapa que salías?
Tu deseo se hizo totalmente realidad. Todo el empeño y toda la ilusión que le pusiste antes de irte ha servido de mucho, porque todo salió a la perfección, tal y como tú querías: es cierto que sufriste mucho, pero no se te notaba lo más mínimo. El maquillaje que te pusieron era perfecto; tu ropita, como tú la querías; ibas perfecta. El entierro fue muy bien y, ¿sabes qué? Mamá te ha hecho como un poema, que está en tu lápida, y también está genial. Todo salió tal y como tú lo planeaste, así que puedes estar muy contenta.
Además, ¿sabes qué pasó? Hubo mucha, muchísima gente en tu entierro. Más de la que todos pudimos pensar. Yo no pude ir, hubiera deseado ver cómo te enterraban, pero dormí junto a tu cuerpo y ya había pasado tantas horas junto a él que tuve que volver a casa y darle el relevo a la yaya, porque ella no había ido a verte aún y tenía que quedarme con Darío.
También hubiera querido tocarte por última vez...

Han pasado muchas cosas, abuelita, muchísimas desde que te marchaste. Pero hoy no te voy a contar más, porque seguro que estás cansada de leer. Tanto sufriste, y tanto aguantaste, que yo sé que por mucho que descanses no es suficiente, así que no te voy a cansar yo más.

Un beso, abuelita.
Te echo mucho de menos.

Te quiero.

De tu vida, para mi vida.

domingo, 1 de junio de 2008

Este escrito está copiado de una carta a mano realizada el día 23 de mayo en una tarde de melancolía, y que prefiero no escanear.



Esto no va nada bien.
Después de intentar escribir un e-mail me han sacado del ordenador, luego pensé "a la noche nadie habrá leyéndome y podré explayarme" pero me di cuenta de que la persona a la que iba (va) dirigido no lo leería hasta el día siguiente, y eso no puedo permitírmelo. Luego he optado por coger tres folios y decir "aquí pondré lo que siento" pero he vuelto a cambiar de idea y he vuelto a intetnar por el PC, aunque no me puedo conecentrar. Finalmente, he desistido y me he rendido a la belleza de la letra, la carta manuscrita.

*Reflexión del momento:
-Veremos a ver cómo me sale la letra cuando llegue al tercero...
*Fin de la reflexión.

...

Es curioso, y supongo, difícil de creer, dada la situación, pero ya es la cuarta vez que me pongo a escribir expresando mis sentimientos sin andar buscando nada concreto que decir... aunque es la primera que no tiraré a la basura.
Y eso, es algo de lo que me siento orgullosa. Siempre he tenido miedo al amor, a las personas, he ido por los callejones para no pasar por calles abarrotadas de personas. Siempre me ha aterrado que me hagan daño. Sin embargo, ahora siento que ya no me es posible sufrir: me pueden pasar cosas malas, me puede llorar el alma, pero soy consciente y estoy segura de que todo es pasajero y puede ir bien.
¡Imposible! ¿Desde cuándo tengo yo una visión tan optimista de la vida?
Pues... desde que me he enamorado, desde que soy la persona más afortunada del mundo, desde que lo besé y lo tuve por primera vez entre mis manos y no lo solté jamás.

...

A veces, tengo miedo de que se enfade. Y tengo miedo de que me deje. Varias personas se han alejado de mí por dar la tabarra con "mis problemas" y no me puede volver a pasar. Es un problema serio, porque a veces me siento muy mal y no me atrevo a decir nada. No quiero estropear "el momento". Sin embargo, hay que ser sincero y hablar con la persona que se quiere, y yo le quiero, más que a nada en el mundo, y así que tendré que planteárselo.
¡JA! Sinceridad.
Soy la persona más contraria en el mundo a la mentira, y aún así me cuesta ser sincera.
Antes huía de las personas, pero ahora estoy con ellas y hay algo que no cuadra: no me muestro tal y como soy.
Eso es algo a lo que le estoy poniendo fin por él, que poco a poco me está ayudando a superarlo.
Aunque esto es algo muy típico, me siento infinitamente feliz cuando estoy a su lado. Un día, le vi por la ventana. Él no me vio a mí, pero yo no le quité el ojo: nunca me había pasado pero, caray, me quedé embobada, mirando su pelo rubio, que le brillaba al sol, la expresión de su cara, todo un hombre, sus movimientos... fueron unos segundos realmente impactantes, porque nunca me había pasado algo así. Tan embelesada me tiene.

Hoy, ha pasado algo horrible: era su cumpleaños. Y yo, absorta en el curso que me estoy jugando, en las pesadillas que llevo teniendo varias noches, en las peleas recientes que he tenido y en mi falta de dormir porque estoy preocupada, no le he dicho nada. Se me ha roto el corazón cuando me he percatado de que el día había llegado y no me había dado cuenta. ¡Y pensar que hace dos días pensaba que se me había pasado! He demostrado toda mi pateticidad y se ha comprobado lo que ya sabía: aunque no lo pretendo, lo tengo descuidado.
Es cierto, siempre me está dando cariño, y mucho amor. No me pide nada a cambio, pero yo sé que necesita lo mismo o más por mi parte, y tan mal se siente por dentro que hasta me lo hace saber.
Me he dado cuenta de algo, y es que, vengo a decirle lo que siento, y no puedo decir prácticamente nada. Él no se ha dado cuenta de cuánto le quiero, de la misma forma que tamoco se da cuenta de algunas de mis luchas. Pero yo sé que muchas veces me pierdo sin querer y tampoco yo me doy cuenta del dolor que pasa por su corazón.

Le he dicho que le iba a escrbir un e-mail. Al final no se lo he escrito, le estoy escribiendo esto. Le he dado un toque, y como está esperando el e-mail, no me lo ha contestado, está enfadado. Espero que se lleve una bonita sorpresa al ver que le he escrito mi amor a mano.

...

¿Sabes, cielo, que haces mi día a día algo precioso? ¿Sabes, cielo, que cuando vamos a salir me encanta probarme una y otra vez la ropa para ver cuál te podría gustar más?
No me gusta ir a clase si no te veo.
No me gusta hacer algo bien si no voy a recibir tu felicitación (poco me importan las demás).
No me gusta llorar delante de ti, ni que me veas débil, porque tú te mereces lo mejor del mundo y quiero, por encima de todo, que estés orgulloso de mí.
Me gustaría poder ver más aún dentro de tu corazón.
Me gustaría saber qué piensas, qué sientes que no dices, qué te lleva, algunas veces, a actuar como actuas.

¡Bieeeeen! ¡Has venido, y no estabas enfadado! ¡Yupi!
Bueno, sigo, que estoy aquí con todo el sentimiento en la mano:

Te quiero.

MuaK!! Siempre sonrío cuando pienso en ti. Desde que me diste el cerdito, lo llevo siempre junto a Kun y dormimos los tres juntitos.
Por las noches, cuando me voy a dormir, me gusta dormir acurrucada en un rincón de la cama, dejando mucho espacio libre. Me gusta imaginar que ese espacio lo ocupas tú y te dejo sitio, y que me abrazas. Así, casi todos los días me duermo con una sonrisa en el rostro.
... Eres como un príncipe: llegaste y me salvaste, me rescataste de la soledad, la tristeza, del Miedo... y me diste amor, fuerzas, el cielo, la vida!
Yo imaginaba lo que era tener una relación: querer mucho a alguien, tener derecho a roce, sexo ciertos días para disfrutar al máximo el cuerpo de la otra persona, y un hombro en el que apoyarse siempre. Es como si fuera... ¿un amigo especial?
Nada más lejos de la realidad. Yo sabía que tenía que haber algo más, pero no podía imaginarlo. Ahora que lo sé, no quiero alejarme de ello nunca. Ni de quien me ha hecho sentirme así. No quiero alejarme de ti.
Amar es sentir a la otra persona parte de ti; es sufrir con ella, reír con ella, ver sin ningún esfuerzo y con la mayor felicidad posible de existir que esa persona lo es todo para ti, que tienes fuerzas, si estás a su lado, para comerte el mundo si es preciso, que juntos tenéis una compenetració tan perfecta que ninguna situación os puede superar y, sobre todo... que si no estais juntos, la vida pierde su sentido... porque la felicidad deja de existir.

... Vida, hoy me he vuelto a dar cuenta de cuánto me importas, porque me he visto aterrada de verte molesto conmigo, y porque alguna que otra lágrima se ha deslizado sobre mi rostro cuando me decías por escrito lo que sentías.
Es cierto que el hecho de pensar que puedes perder algo te hace darte cuenta de cuánto lo valoras. Yo siempre he sabido que te valoro, por supuesto, pero me resultaba imposible no verte feliz conmigo, como una pesadilla horrenda. Y me resulta egoísta y vergonzoso decirte esto, porque es como si no tuviera en cuenta lo que has sentido tú, que sé que ha sido incluso peor que yo...
Ay, mi vida, si supieras cuánto te quiero...
Jaja, ¿sabes un acosita? Lo que más me gusta hacer cuando estamos juntos es abrazarnos. ¡Sí! Me puede gustar tanto, que es lo que ma´s recuerdo: tus abrazos. Y cuando acercas despacio tu cara hacia mí, y me miras ocn ese mundo y esa alma tan increíble que se ven reflejados en la belleza de tu mirada, tu mirada pura y tan hermosa, yo...

*1 minuto después (o casi, que no llevo el móvil): no sé qué decir. Si es que ¡me lo imagino y soy feliz!

¡Ala, ya voy por la cuarta cara! Si supieras cómo tengo la mano...
Ya me he puesto contenta. Me he puesto muy contenta. ¿Ves? Si es que necesito acordarme de ti y se adueña una sonrisa de mi cara. Me siento tan bien... Te amo, es irremediable.
Mañana te metes a ver las respuestas de mi test. Al final no voy a cambiar nada. ¡Que todo el mundo sepa lo que me haces sentir! ¡Estoy enamorada!
Jiji, bueno, voy a decirte más cositas de esas que no sabes, Y PORQUE ME APETECE: la historia de Cantnoy no tiene demasiados momentos felices, pero los pocos que tiene, como el principio, me los inspiras para escribir tú. ¡Cielos! Ilya se parece a ti más de lo que pensaba (solo que tú no estás demasiado loco).

¿Sabes que me encantan tus pectorales? <-- What? Se me ha acabado el boli! Y ya no me quedan más azules? ¿Escribo con el rojo de la pasión? ¿O con el rosa del amor? Nop, voy a escribir con el verde de la esperanza, que es tu color favorito y uno de los míos y que es, además, nuestro color simbólico, yo creo, porque ha sido gracias a tener esperanza e ilusión y no rendirnos lo que nos ha hecho llegar hasta aquí, ¿no? Menudas ganas tengo de darte un apretujón. Te quiero, Javier; te amo, y eres lo mejor que me ha pasado en la vida. A veces temo no ser lo que te mereces. No sé bien darte amor de la forma en que tú me lo das, pero sí te lo doy de otras maneras. *Reflexión del momento: -Venga, suéltalo ya. +Vale... *Fin de la reflexión. Lo que yo te quería regalar, esas cuatro cosas, eran el CD de ECDL, el libro de "El Secreto" (me encantó para ti cuando lo vi), un dibujo muy especialq ue tengo en mente y un manifiesto de mis sentimientos escrito a mano... me temo que este último sí te lo voy a dar en la fecha. Así que... ¡Feliz cumpleaños! Este es mi regalo (por ahora, veremos a ver qué consigo luego en Murcia del CD y el libro).
¡Diablos! ¡Ya no será sorpresa! Joo...

En fin, que te quiero, y que te envío todo mi amor aunque no sepa manifestarlo demasiado bien. Sé que te hablé de tres folios, pero estoy muy cansada, y te he dicho más cosas de las que pensaba (ahora voy a hacer un experimento).
Bueno, cielo, te quiero aclarar una última cosa: por ti tengo ganas de luchar en la vida, de seguir adelante y de creer en mis ilusiones. Soy realmente feliz.
(Experimento completado: consistía en comenzar a despedirme pero no he podido resistir y me he pasado al folio 3. Ja! Ahora no me despido, lo siento por mi mano)
No quiero que dudes jamás de mis sentimientos por ti. Tiemblo a veces cuando se me presenta la oportunidad de verte y el corazón se me opne a mil.
Sigo pensando lo que ya te dije de que, si hubiera en el mundo más mujeres con alguen como tú a su lado, el mundo sería un lugar más feliz; ojalá todo el mundo tuviera la mitad de suerte que tengo yo, que te tengo a ti...
Te amo, y por ello he escrito esto en faceta... romanticona (ouch!). Te mando un beso y un abrazo abstractos, de sentimientos, porque si fueran un beso y un abazo "físicos" no tendrían cabida de los millones que necesitaría para igualarlos. Duerme feliz y tranquilo esta noche, que ha sido tu cumpleaños, y, aunque mi falta te hizo pasar mal parte del día, espero que esta noche mi regalo te haya logrado por lo menos una sonrisa.
Te amo, y para mí verte feliz es hacerme feliz.

De tu vida, para mi vida, mis sentimientos.
Davinia.



MuaK!!





PD. perdón por la letra fea! :s
PD1. lo de que te había escrito de que he escrito más de lo que pensaba y que estaba cansada era broma, eh? A ver si te vas a pensar algo raro, que estaba metiendo relleno por lo del experimento, era coña! XP

 
TNB